AYUNTAMIENTO DE VALVERDE

La Tierra de Campos es árida e ignota. Es una tierra enhebrada durante siglos por pequeños municipios de adobe y caliza que vivieron tiempos mejores y que languidecen en su decadencia mientras el siglo XXI les pasa por encima. Es una tierra que se vacía de vida lenta e irremediablemente.

Pero no siempre.

Valverde de Campos es un diminuto pueblo situado en medio de la nada al lado de Medina de Rioseco, valga la redundancia. Cuenta con poco más de 100 aguerridos e irreductibles habitantes y con decenas de gigantescos aerogeneradores.

Estos gigantes contemporáneos, mucho más fieros que a los que se enfrentó el Ingenioso Hidalgo, por un lado han asesinado el limpio y casi infinito horizonte del páramo mesetario; pero por otro lado han generado una inesperada inyección económica en algunos municipios.

Este soplo de euros en algunos casos ha sido utilizado inteligentemente para dotar a estos pueblos de una infraestructura que permita que cese el paulatino vaciado poblacional. Elementos que sirven para cohesionar a la población y fijarla en su lugar de origen. Unas piscinas, una casa de comidas… también es el caso de este pequeño y muy complejo edificio que es el Ayuntamiento, cafetería, club social, consultorio médico, juzgado de paz… y lo que surja.

Un edificio compacto, pequeño, pero que es una suerte de ciudadela. Un edificio anclado a la tierra, que flota, que se expande y que se contrae en sí mismo. Que es uno pero son muchos. Un edificio moderno que pudo haber estado allí siempre, que hace dialogar al vidrio y al hormigón visto con la madera y con la piedra. Un edificio que materializa lo estereotómico y lo tectónico, que pesa y que es ligero. Un edificio en el que hay interiores y hay exteriores pero también exteriores que son interiores e interiores que son exteriores. Y viceversa.

En este edificio que es Arquitectura y es poesía, que es reflexión y es metáfora, que es necesario y es contingente, que es comunal y es turgente MOI ha realizado el equipamiento con un mobiliario sencillo, sincero, que trata de dialogar con el pequeño universo que lo contiene.

Un mobiliario amable, atemporal, cálido. Un mobiliario humilde pero digno… porque las sillas de la sala de consejo están en la sala de consejo, pero podrían estar en cualquier casa del pueblo y parecería que siempre habían estado allí.

Como el edificio en su plaza.

Obra: Casa consistorial y lo que se tercie en Valverde de Campos (Valladolid)

Arquitecto: Óscar Miguel Ares (contextos de Arquitectura y Urbanismo)

Cliente: Ayuntamiento de Valverde de Campos

MOI: Mobiliario, sistemas de oscurecimiento y complementos.

*Todas las imágenes están sujetas a copyright y no se permite su uso sin autorización expresa de MOI Interiorismo

AYUNTAMIENTO DE VALVERDE

La Tierra de Campos es árida e ignota. Es una tierra enhebrada durante siglos por pequeños municipios de adobe y caliza que vivieron tiempos mejores y que languidecen en su decadencia mientras el siglo XXI les pasa por encima. Es una tierra que se vacía de vida lenta e irremediablemente.

Pero no siempre.

Valverde de Campos es un diminuto pueblo situado en medio de la nada al lado de Medina de Rioseco, valga la redundancia. Cuenta con poco más de 100 aguerridos e irreductibles habitantes y con decenas de gigantescos aerogeneradores.

Estos gigantes contemporáneos, mucho más fieros que a los que se enfrentó el Ingenioso Hidalgo, por un lado han asesinado el limpio y casi infinito horizonte del páramo mesetario; pero por otro lado han generado una inesperada inyección económica en algunos municipios.

Este soplo de euros en algunos casos ha sido utilizado inteligentemente para dotar a estos pueblos de una infraestructura que permita que cese el paulatino vaciado poblacional. Elementos que sirven para cohesionar a la población y fijarla en su lugar de origen. Unas piscinas, una casa de comidas… también es el caso de este pequeño y muy complejo edificio que es el Ayuntamiento, cafetería, club social, consultorio médico, juzgado de paz… y lo que surja.

Un edificio compacto, pequeño, pero que es una suerte de ciudadela. Un edificio anclado a la tierra, que flota, que se expande y que se contrae en sí mismo. Que es uno pero son muchos. Un edificio moderno que pudo haber estado allí siempre, que hace dialogar al vidrio y al hormigón visto con la madera y con la piedra. Un edificio que materializa lo estereotómico y lo tectónico, que pesa y que es ligero. Un edificio en el que hay interiores y hay exteriores pero también exteriores que son interiores e interiores que son exteriores. Y viceversa.

En este edificio que es Arquitectura y es poesía, que es reflexión y es metáfora, que es necesario y es contingente, que es comunal y es turgente MOI ha realizado el equipamiento con un mobiliario sencillo, sincero, que trata de dialogar con el pequeño universo que lo contiene.

Un mobiliario amable, atemporal, cálido. Un mobiliario humilde pero digno… porque las sillas de la sala de consejo están en la sala de consejo, pero podrían estar en cualquier casa del pueblo y parecería que siempre habían estado allí.

Como el edificio en su plaza.

Obra: Casa consistorial y lo que se tercie en Valverde de Campos (Valladolid)

Arquitecto: Óscar Miguel Ares (contextos de Arquitectura y Urbanismo)

Cliente: Ayuntamiento de Valverde de Campos

MOI: Mobiliario, sistemas de oscurecimiento y complementos.

*Todas las imágenes están sujetas a copyright y no se permite su uso sin autorización expresa de MOI Interiorismo

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