A menudo, cuando hablamos con clientes sobre la posibilidad de dar un aire nuevo, de renovar la imagen de su negocio o de, simplemente, darle una vuelta a la forma en la que llegan a sus clientes antes de nada nos hablan del caballo de batalla más común de hoy en día: el precio.
Bien es cierto que hay ocasiones en las que el equipamiento de un local o edificio supone un desembolso importante por parte de la propiedad que ha de ser meticulosamente estudiado. Pero en otras ocasiones basta cambiar una mesa y unas sillas por otras, colocar un paño de papel pintado y unas lámparas de suspensión para que una sala completamente anodina pase a tener cierta gracia.
Eso a los clientes se les queda ya sea de manera consiciente o inconsciente pues es un hecho diferenciador respecto a otros negocios. Quizás no saben qué han visto pero saben que lo han visto. Quizás no saben el porqué pero saben que era agradable.
Eso hemos tratado de transmitir a la propiedad de Ortopedias Agüero y lo estamos probando en una de las salas donde se hacen los análisis de pisada: crear con piezas muy sencillas un lugar más acogedor y actual para que el cliente se encuentre agusto.
En breve se colocará un papel pintado con los colores corporativos y os presentaremos esa pequeña sala experimental que esperamos tenga éxito y consiga lo que pretendemos con el interiorismo comercial: atraer clientes a un negocio.